miércoles, 21 de abril de 2010

Un meditador es un hombre que ha comprendido que da igual que alguien lo necesite o no; él es amor en sí mismo. El es su propio gozo, no depende de nadie ni de nada para ser feliz. Esta es la única libertad posible.” Osho

Sumergidos en el ruido del día a día, (el trafico, la oficina, el teléfono, los noticieros, los problemas), nos vamos alejando de nosotros mismos. Porque no hacer un “detente” en el camino y conectarse consigo mismo, silenciar el ruido de afuera y escuchar la música de adentro….una invitación a meditar.

Cuando meditamos empezamos a conocer la esencia de cada uno, conocer Mi Ser y disfrutarlo sin juzgarlo, empezamos a comprometernos con nosotros mismos para seguir adelante con alegría en el viaje de la vida. Nos descubrimos, despertamos la vitalidad, recuperamos la “naturalidad”, nos conectamos con la paz interior. Meditación significa el gozo de estar a solas conmigo mismo.

El bloqueo más grande que tenemos para meditar suele ser el miedo a conocernos a nosotros mismos. Las heridas de nuestra infancia, de la escuela, de nuestras relaciones pasadas, de la sociedad, de la religión, hace que muchas veces permanezcamos escondidos. Evitamos el silencio y la soledad, tratamos de llenar nuestra vida de cosas externas, de distracciones, ocupándonos con trabajos y carreras alocadas, viviendo en la angustia y la impaciencia.

Practicar la meditación con paciencia y de modo regular conduce a que las distracciones vayan disminuyendo, a experimentar una placentera sensación de serenidad y relajación, así como encontrar respuestas a todas las inquietudes, soluciones a los problemas y luz en el caminar.

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